La Ética ante el Trabajo Colaborativo


Trabajar en un verdadero ambiente colaborativo exige de los integrantes del grupo una ética personal que, generalmente, sólo se puede encontrar en individuos adultos poseedores de una conciencia clara de cómo vivir la vida en comunidad y poseedores de unos hábitos de efectividad (Covey, 1998) que le garanticen el éxito de sus emprendimientos. No obstante, como nosotros no somos ni nuestros hábitos ni nuestras virtudes, porque ambas cosas se pueden obtener a través del aprendizaje, es posible que cualquier persona sana, con un buen nivel de motivación, se anime y se desenvuelva con éxito dentro de un grupo que interactúa de manera colaborativa. Para ello, esta persona tendría que asumir:
• Una iniciativa y/o proactividad ante el trabajo que le corresponde en el grupo.
• Un respeto pos sus compañeros de grupo como seres iguales, con los mismos derechos y deberes.
• Una responsabilidad para asumir las consecuencias de las propias acciones y del grupo.
• El ser independiente como individuo y a la vez interdependiente como grupo.
• Una capacidad de auténtico liderazgo democrático.

Herramientas para el Trabajo Colaborativo

Un grupo de trabajo colaborativo puede hacer uso de todas las herramientas y servicios de comunicación que le ofrece la telemática para llevar a cabo su acción formativa; no obstante, en la actualidad existen algunas herramientas virtuales, software y servicios que se muestran como ideales para el desarrollo de entornos colaborativos virtuales. Entre estas podemos mencionar:
• Las Plataformas de Teleformación: como la Moodle, que posibilitan la creación e impartición de cursos a través de Internet.
• Los Videoconferences: Como la Microsoft office Live Communication y Office Live Meeting.
• Los Chats de texto, audio y/o audiovideo Chat: como Windows Live Messenger y el Skype.

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